domingo, 19 de junio de 2011

Adiós al pasado... Cuatro herramientas para la proyección vocal

La capacidad de enfrentarse a un público desconocido o bien sea familiar no es una tarea sencilla,  menos para aquellas personas que el miedo escénico es manifestado mediante el predominio de la voz. Por ende es vital que todo vocero tenga la habilidad de manejar su tono de voz y proyección.
A continuación, te facilitamos cuatro pasos para la proyección y dicción de la voz ante una presentación de carácter público. Tomando en cuenta que estos consejos son facilitados por, Lisa Braithwaite, coach para hablar en público:
  1. Relájate: “Cuando nos ponemos nerviosos, a nuestro cuerpo le suceden todo tipo de cosas. Nuestra respiración se vuelve superficial y nuestros músculos se ponen tensos, sobre todo los situados en la parte superior del cuerpo. La combinación de respiración poco profunda y cuerdas vocales tensas provoca una voz débil y chillona, a veces incluso temblorosa”, apunta la especialista, que recomienda realizar ejercicios de relajación antes de hablar.
  2. Abre la boca: “Un truco para abrir bien la boca y enunciar mejor es practicar diferentes registros vocales. Mi método favorito para esto es leer libros infantiles en voz alta. No se puede leer un cuento a un niño de cuatro años sin hacerlo un poco hacia fuera. Además, esta práctica te ayudará a añadir algo de color y vitalidad a tu voz, al tiempo que mejorará la enunciación y la proyección”.
  3. Mejora tu postura: “Si no estás de pie y con la cabeza hacia arriba, estás estrangulando la voz. Asegúrate de que tu cuerpo y la cabeza están de cara al público, con el pecho y los hombros abiertos, no encorvado. Mantén la cabeza en alto y, al leer tus notas, no hables al mismo tiempo, espera hasta que estés mirando al público de nuevo”.
  4. Proyecta la voz: “Proyectar la voz significa que, en lugar de centrarte en un punto justo en frente de ti, te concentras en un punto más lejano. Cuando practiques tu presentación, prueba a hablar con varios objetos de la habitación. Comienza con algo cercano, como una silla. Entonces, cuando sientas que la silla te está oyendo, céntrate en algo que esté ubicado un poco más lejos, tal vez una de las plantas. Y así sucesivamente. En todo caso, si notas que estás forzando la voz, detente”.
¡Ahora sí! A ensayar se ha dicho y obtendrás mejores resultados en tus discursos en público y en tu vida cotidiana.

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